domingo, 24 de junio de 2012

El tigre que murió de hambre

El tigre, vio a su gacela, y al estar tan obsesionado con la carne, con sus formas, sus andares... se le olvidó otra cosa que cazar. Él sabía que la gacela sería una más, que se volvería a escapar porque cada vez que atacaba a una y se le escapaba se frustraba más y se esforzaba por morderla. Esto hacía que en su próxima caza (Que la hacía por hobby, ya que le encataba matar gacelas) fuera cada vez más fiero y atacara con más vigor.

¿Qué pasaba? ¡Otra gacela de le volvía a escapar!

Entonces recordó sus momentos más jóvenes, cuando la naturaleza dejaba que cazara gacelas. Cuando realmente tenía hambre siempre cazaba una, pero desde que hizo de esto su pasión todas se les escapaban aunque se estuviera muriendo de hambre.

Con esta última reflexión se tambaleó y cayó al suelo. Estaba delgado, muy delgado, y no le quedaba fuerzas para más. Prometió que en su próxima vida, si le dejaban ser humano, no conquistaría corazones por aficción. Y murió.