Esto va dedicado a la mujer que mañana se sentará delante mía, la que sonríe con mis palabras mientras tomamos algo, la que veo como un camino al paraíso, tu, mujer, que me aceleras el corazón sin tocarlo con tus manos, solo con una mirada directa a los ojos.
Qué bonito sería si supieras que no te veo ni a ti ni a las demás como os ven los demás hombres, para mí sois obras de arte, no perfectas, pero hechas con dedicación, y yo parezco el escultor que sabe como sienten esas esculturas, por qué ponen esas poses, y por qué miran de esa forma. Los demás son intentos de artistas, que tienen una visión errónea de vosotras. Piensan que cuando dices "no" sutilmente es un "si" y cuando dices "si" es un "no" o un tal vez.
No olvidéis a vuestros escultores, los que os saben comprender, y fundiros con nosotros hasta el amanecer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario