sábado, 1 de octubre de 2011

Caigo

Tu mano me empujó hacia el pozo, y ya no hubo marcha atrás. Me intenté aferrar a cada borde que encontraba en mi caída, a cada rama que crecía entre las paredes de ese pozo, pero todas se rompían. Había algunas telarañas que me sujetaban momentáneamente, pero cuando intentaba agarrarme bien se rompían. Y mientras caía me pregunté ¿Por qué eres tan cruel? ¿Por qué te rompes cuando me intento aferrar a ti? ¿A cada rama, a cada borde? ¿No ves que te necesito? ¿Que sin vosotros yo muero?

Y seguí cayendo en ese pozo que parecía no tener fondo, esperando no hacerme daño al llegar al suelo, y morir sin sentir

No hay comentarios:

Publicar un comentario