martes, 18 de octubre de 2011

Sonrisas y miradas

Hoy conversamos sin medir ni una sola palabra. Miré hacia atrás y allí estabas tú, con tus labios sensuales y tu ardiente mirada capaz de derretir el más grande de los icebergs. Hoy te miré, y mi mirada penetró en tu ser hasta tu corazón, por eso tú, tú mujer, correspondistes mi mirada y mi sonrisa con otra mirada, una mirada sumisa.

Hoy pensé que no hablaríamos tanto, pero te he llegado a conocer un poco más que antes, y eso que no hablamos... logré ver entre tus ojos tus gustos y con mi sonrisa llegué a tu ser. Por eso cuando nos íbamos de aquel lugar me mirastes otra vez. Creí que no sonreirías porque no sonreistes en dos horas, pero cuando te levantastes me mirastes y sonreistes de forma pícara. ¡

¡Qué gran invitación a conocerte en profundidad! ¡Las palabras ahora bastan!

Con una sola mirada, nos acabamos de enamorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario