- Hey tío, ¿Has visto que rubia? ¿Has visto que pechos? y, y, y, ¿Ese trasero?.- Me decía uno de mis mejores amigos mientras tomábamos tranquilamente un cubata en un pub.
- ¡Hey, hey! ¡Despacio! ¿Quieres que me atragante con el cubata?.- Acto seguido aquella mujer nos miró, perfecta, unos pechos voluminosos, un culo que nunca soñé tener en mi cama, y una belleza exótica rusa que me hacía fantasear con los mismos dioses del sexo... Así que me tuve que atragantar y comencé a toser como una bestia al clavarle las flechas unos indígenas, y me dije: El de la flecha ha sido cupido... ¡Cabrón! ¡Casi me matas!
Ella, para hacernos sufrir se bajó un poco más el escote, y nos apuntó con sus senos...
Desperté en ese preciso momento. Todo era un sueño, y miré a mi novia que reposaba a mi lado... no tenía esos senos, ella no tenía ese culazo, y no se insinuaba tanto, ni tenía un físico espectacular, ni era modelo, pero, si os digo la verdad, a ella, la amo. ¿Por qué no sentí por la rubia eso?
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